Si la noche madrileña es una selva, Zombie sería sin duda aquel punto oscuro y escondido donde se reúnen los animales mas exóticos y salvajes. Y es que Zombie es un fiestón, un autentico desmadre en el que vale la pena quedarse hasta que cierren las puertas.
Porque hay que tener un par para salir un miércoles a un sitio así.
Muchos conocerán la sala Heineken como recinto de conciertos y sabrán que se trata de un sitio amplio, con una gran capacidad. Pues bien, toda esa capacidad no puede contener las hordas de locos poseídos por la música en un buen día de Zombie
¿La música? Inmejorable. Amenizan la velada el dúo de DJ’s The Zombie Kids, dotados con el particular don de hacer saltar al respetable hasta el borde de la deshidratación durante toda la noche. Todo Drum and Bass, Minimal y grupos míticos de la electrónica como Justice o The Prodigy, aunque también incluyen guiños a los melómanos clásicos, ya sean los Ramones, Rage against the Machine o los Madness con su legendario One step Beyond. En resumidas cuentas: hipnosis, mucho ritmo y mucha energía para no parar de dar botes. Zombie es una experiencia, una oportunidad para ver a la gente mas rara (eh, es un cumplido) de la ciudad en un ambiente estupendo, escuchar música que te atrapa y no parar de moverte hasta que amanezca.
Así que despídete del principio de la semana que se aleja, saluda al viernes que se acerca a lo lejos, y vete a disfrutar una fiesta como pocas veces se ha visto. Verás como el jueves seguirán retumbando en tu cabeza los beats de la noche anterior.
Hazte un favor y ven a Zombie, que nadie se ha muerto por ir ídem a trabajar o a estudiar una vez en la vida.
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