Altas eran las expectativas puestas en The Hives, lo que no impidió que éstas fueran superadas con creces. Los suecos demostraron por qué son famosos por sus enérgicas presentaciones en directo mediante un espectáculo tan cuidado como impulsivo.
Con una puesta en escena impecable aparecieron uno a uno los cinco componentes de la banda vestidos, como acostumbran, de estricta etiqueta; en esta ocasión con elegantes trajes de chaqué y sombreros de copa. En el escenario, unas enormes letras blancas componían su nombre.
Su implicación y la hiperactividad y locura del líder y cantante, Pelle Almqvist, que irradiaba una extraña mezcla entre simpatía, sarcasmo y chulería, lograron enganchar a un público emocionado y participativo desde el primer instante. Tal fue la cercanía alcanzada que Pelle fue capaz de hacer sentar a todo su público, el cual se levantó, después, con mayor energía y ganas si cabe.
The Hives nos brindaron un espectáculo increíble y un potencial musical innegable, y consiguieron hacernos vibrar con temas memorables como 'Tick Tick Boom', 'Won't Be Long', y su mítica pero no por ello sobrevalorada 'Hate To Say I Told You So'.
Apuesto a que no fueron pocas las personas que, tras ver como cabeza de cartel de este festival a Kasabian, no necesitaron más razones para acudir. Tampoco fueron pocas las personas que no dudaron un instante en perderse a The Sounds por lograr los mejores sitios para verles y, la verdad, no es de extrañar.
Medianoche en Cantarranas y un escenario todavía vacío frente a una enorme multitud tan emocionada como impaciente.
Las luces fueron las encargadas de anunciar que aquello daba comienzo, las luces y un espectacular 'Club Foot' con el que hizo aparición el grupo británico ante la satisfacción de todos nosotros. Una jugada perfecta me atrevería a decir.
Y así transcurrió el resto de su actuación, sin olvidarse de las infalibles 'Shoot The Runner' y 'Underdog', que mantuvieron al público en pie y con los cinco sentidos. Aunque hay que reconocer que hubo un momento en el que el calor producido por la masa de seguidores y la falta de explosión por parte de la banda produjeron un decaimiento del subidón inicial, tras 'Fast Fuse' se recuperó por completo.
Y no podría haber mejor manera de concluir su tiempo que con la famosa 'Fire', que puso punto final a la que fue tan esperada y, en mi opinión, satisfactoria actuación de un gran conjunto que aún va a dar mucho de qué hablar.
Una hora y media duró el espectáculo ofrecido por Tom Meighan y los suyos. Una hora y media impecable y perfecta.
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