Computers Want Me Dead; podría ser el nombre de un futuro taquillazo en las carteleras, un best seller en todas las librerías del planeta e incluso el nombre de la serie con más audiencia de todos los años, pero no es así, este nombre pertenece a un dúo de neozelandeses que poco a poco y gracias a su música electrónica creada a través de sus teclados, está consiguiendo llegar a lo más alto en el ámbito independiente.
A pesar de ser de Nueva Zelanda, no tienen nada que ver con The Naked And Famous, aunque su canicón 'Young Blood' tenga un ritmo parecido. Es más, la gente que ya ha escuchado su primer disco y los que lo hagáis, quizás los situéis en un recorrido intermedio entre Crystal Castles y Foster The People o los llegaréis a comparar incluso con Daft Punk.
Sam Harvey y Damien Daniels, los dos componentes que forman Computers Want Me Dead, a través de la combinación de sonidos electrónicos de sus teclados, pueden llegar a captar no solo la atención de los que escuchan sus canciones, sino que incluso, estén minutos y minutos escuchándolas a pesar de tener solamente cuatro canciones originales y tres remixes de dichas canciones.
Computers Want Me Dead, no solamente es el nombre del grupo, además, es el nombre de su disco lanzado este año, en el cual, podemos disfrutar de canciones como 'Letters And Numbers', 'In Your Blood' o 'Circles' entre otras, que sin ninguna duda merecen la pena ser escuchadas detenidamente y disfrutadas en todo momento.
Computers Want Me Dead - Computers Want Me Dead (2011)
Pero no hay que destacar solamente las canciones de estos dos neozelandeses, ya que los videclips son una auténtica pasada y suelen estar muy de acuerdo con la letra de las propias canciones aunque a veces se introduzcan en mundos virtuales. A continuación os dejo dos ejemplos para que los comprobéis:
Computers Want Me Dead - 'Letters And Numbers'
Computers Want Me Dead - 'In Your Blood'
Todo lo que tenia que decir sobre Computers Want Me Dead, ya lo he dicho, ahora os toca a vosotros dejaros hipnotizar por su combinación de sonidos electrónicos y disfrutar de sus videoclips y también espero haber dejado claro, aunque haya sido de forma indirecta, que más allá del océano Pacífico nos queda por descubrir un mundo inhóspito pero interesante de música.
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